·Y cada vez que pienso <<hasta aquí hemos llegado, voy a pasar de él, de su estúpida sonrisa, de su idiotez innata, de sus pequeños ojos brillantes, de su manera de hablarme o de mirare,
¡de todo lo suyo en general!>> Vuelves a aparecer y como si de una droga se tratara, vuelvo a recaer, recaigo en tus brillantes ojos y en tu sonrisa de IDIOTA. Y entonces, sólo entonces, pongo yo esa sonrisa tonta, que odio tanto.
Idiota, eres idiota, me siento idiota, no puedo controlarlo...
~RAE~